Yeong-hye es una esposa
convencional que vive en Seúl. Lleva una vida anodina con su marido,
sólo interrumpida por las visitas a sus padres, a su hermana y a su
cuñado. Una noche tiene una pesadilla sangrienta y decide hacerse
vegetariana, dejar de consumir carne y de participar en el
sufrimiento de los animales. Pero nadie la entiende. Ni su marido,
acostumbrado a tener una esposa sumisa que cumple todas sus órdenes,
ni su familia. Porque el anhelo de Yeong- hye va más allá: espera
trascender, dejar de alimentarse por completo y pasar a ser una
criatura vegetal, capaz de vivir su vida sin contaminar la de los
demás. Pero este empeño será inútil y se verá frustrado por una
familia que no lo permite y una sociedad que no la va a dejar
hacerlo.
La Vegetariana
(:Rata Books) plantea cuestiones muy peliagudas y peligrosas: ¿hasta
dónde llega la libertad de un individuo para vivir su vida como le
dé la gana? ¿Y si esa persona además es una mujer, sumida en una
sociedad controladora como es la coreana? ¿Sómos todo lo libres que
nos gusta creernos o a la hora de la verdad siempre hay un poder
fáctico que nos limita?
Narrado desde el punto de
vista de la protagonista, de su cuñado y de su hermana, cuenta la
metamorfosis de espítu de Yeong-hye. Aunque pueda parece el
personaje más extremo, también es el que tiene las cosas más
claras. Tiene un objetivo claro en la vida y no se separará de él.
Sin embargo, el resto de personajes, los aparentemente “normales”
viven en zonas grises en las que no saben qué hacer con sus vidas y
el brillo de Yeong-hye, con su lucidez, les desquicia a todos. El
único que se salva, quizá, es su cuñado pintor, obsesionado con su
mancha mongólica, y que también es preso de una idea por la que
está dispuesto a sacrificarlo todo.
Es un libro
increíblemente brillante, que retrata una sociedad egoísta,
acomodada y que no se sale de los cánones establecidos. A los
lectores nos gusta situarla en la lejana Corea porque nos hace sentir
mejor con nosotros mismos. Pero no nos engañemos, esta sociedad
controladora que no deja que el individuo se desarrolle podría ser
(y en algunos casos es) la nuestra. Un libro muy extremo que se lee
de una sentada y que después nos hace pensar durante mucho tiempo.
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