La vaga ambición
(Editorial Páginas de Espuma) parece, a priori, un conjunto de
relatos de carácter autobiográfico en el que Antonio Ortuño nos
cuenta las vicisitudes de Murray, un escritor que subsiste como
puede. No se dejen engañar. La vaga ambición es, en
realidad, una historia de amor entre un hombre y la literatura.
Charles Buckowski decía, en uno de sus más célebres poemas sobre
la escritura, que no valía la pena escribir si no se sentía como un
fuego que quemaba las entrañas.
Esto es a lo que aspira
Murray, a poder escribir de forma digna para ganarse la vida. Pero
frente a sus aspiraciones se alza un mercado editorial siempre voraz
que amenaza con devorar su obra sin que ni siquiera se dé a conocer.
Acuciado por las deudas,
probará entonces la literatura más comercial, aquella que no se
refleja en los libros sino en la televisión. Y ganará mucho dinero,
pero tal vez no salga indemne del proceso.
El libro es también un
espejo distorsionado del mundo de la escritura. Sin embargo, como
cualquier caricatura que se precie, también esconde un poso de
verdad. Las puñaladas traperas entre escritores, la necesidad de
recurrir a los contactos, el hecho de que en el mundo literario se
valoren (irónicamente) otros factores que tienen más que ver con
las relaciones públicas que con el hecho de escribir son constantes
en este mundo.
Y lo fácil sería
aconsejarle que se dedicara a otra cosa, como intenta hacer su primo
al principio del libro. Pero cuando se siente esta llamada que te
vuelve loco si no la obedeces, cualquier otro empleo no sirve.
Siempre se acaba escribiendo, aunque sea en la pobreza o a la luz de
una vela.
Destaca además la
belleza del lenguaje, lleno de lirismo y de violencia, sobre todo los
dos primeros capítulos. Pero luego evoluciona para tomar un cariz
sarcástico con el que obtiene desde el primer momento la complicidad
plena del lector. Y más si el lector conoce de primera mano el mundo
de las letras, donde se reconocerá sin duda y reconocerá a otros
que comparten este oficio, el oficio del hambre, la vaga ambición.
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