Aunque
Wislawa Szymborska siempre será más conocida por su obra poética,
lo cierto es que durante muchos años escribió reseñas literarias
en un periódico polaco llamado
Zycie Literackie,
un semanario cultural. Aunque se llegó al acuerdo de que sus
críticas debían referirse a libros de interés general, la poetisa
fue alejándose cada vez más de la norma impuesta, reseñando obras
tan dispares como volúmenes de lingüística, de jardinería, de
ornitología, de bricolaje, etc. Observó que las críticas que
hacían los periódicos se reducían a novelas o libros de ficción,
mientras que quedaban fuera otras obras más divulgativas. Decidió
hacerse cargo de ellas para darlas a conocer al gran público.
Sin
embargo, aunque los títulos que analiza puedan parecer baladíes, la
autora aprovechaba la excusa del tema para dar su visión personal,
referir alguna anécdota o simplemente analizar la situación
política de su país y ponerla en relación con el resto de
potencias europeas y mundiales. Por ello, Prosas
reunidas
(Malpaso Ediciones) es un libro muy interesante, porque las dos
vertientes conocidas de Wislawa Szymborska están íntimamente unidas
y los temas que se convierten en obsesión en su obra poética (el
arte, la vida, etc.) encuentran su reflejo en la prosa.
Wislawa
Szymborska sigue manteniendo ese tono intimista que es inherente a su
poesía y que contribuye a tender puentes con el lector. Sus escritos
son cercanos y sencillos y su tono es amistoso, como si un conocido
nos estuviera contando el último libro que ha leído. Si bien se
corre el riesgo de tomar las primeras reseñas de forma literal, poco
a poco nos daremos cuenta del profundo humor que subyace bajo sus
críticas. La reseña sobre la ópera es un prodigio de ironía hacia
todo el mundo operístico. Pero son muchos los temas sobre los que
Wislawa Szymborska pasa su lupa mordaz: las matemáticas, la atención
al público en la época comunista, la comida, el idioma japoés,
etc. Todos son temas dispares que en realidad le sirven a la
escritora para reflexionar sobre la vida y hacernos partícipes de
sus ideas.
La
reflexión sobre la inutilidad que tenemos los humanos de recién
nacidos, incapaces de componer ni un soneto o porqué las personas
somos capaces de matar a nuestros semejantes, a diferencia de los
animales son otras preocupaciones filosóficas sobre las que escribe
la autora. Como se puede observar, el libro a reseñar pasa a un
segundo plano, casi anecdótico, mientras Wislawa Szymborska tiende
una mano hacia al lector, casi como si le estuviera interpelando.
También
llama la atención el lenguaje sencillo. Pero que nadie se llame a
engaño. Al igual que en su poesía, sus palabras aparentemente
simples nos llevan a la más profunda duda, así ocurre con sus
prosas. Son una delicia para todos aquellos a quienes guste la obra
de Wislawa Szymborska o simplemente, para aquellos que quieran
acercarse a conocer otra vertiente de la autora.
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