"La lengua de los ahogados" de Fernando Clemot

Dieciséis historias sobre el lado oscuro de las pasiones humanas recorridos por el hilo conductor del agua y los ahogados que moran bajo ella.




Para La lengua de los ahogados (Menoscuarto Ediciones), la muerte bajo el mar no es definitiva, sino que aquellos que perecen bajo sus aguas continúan una especie de no existencia entre sus corrientes mucho más placentera que la que tuvieron en vida. Pero el miedo a ese purgatorio marino, a ese limbo de cieno, hace que algunas personas no quieran ni acercarse al agua, que después de todo, no es el medio natural del hombre. Así, los ahogados comentan, se cuentan historias en una lengua antigua y fetal, con sus gargantas movidas por las corrientes de agua.

Pero esta existencia contrasta en gran manera con la de aquellos que deciden permanecer en tierra, donde tampoco faltan pasiones oscuras y la naturaleza humana tira irremisiblemente hacia esa parte sombría de la vida. Por sus páginas, y a lo largo de los dieciséis relatos, desfilan músicos ambulantes poseedores de oscuros secretos, amigos de la infancia que se convierten en el epicentro del mundo, personas que buscan repetir la vida de sus padres, hombres obsesionados con la existencia de los antiguos inquilinos de su piso, hijos ilegítimos que buscan el sentido de su existencia, etc.

Son vidas normales, que oscilan en la cuerda floja, existencias de personas que intentan sobrevivir en un mundo en el que el destino les ha repartido una mala mano de cartas. Muchos se resignan, otros son perdedores, pero la mayoría hace lo que puede. Son personajes que salen del libro para cobrar una inquietante semejanza con cualquiera de nosotros. Y todo ello enmarcado por un lenguaje pulido y un estilo decididamente valiente, capaz de crear atmósferas en las que el lector sabrá reconocerse. Un magnífico libro que atrapa desde el principio y que deja un buen regusto a pesar de la amargura de algunas de sus páginas.


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