El rey japonés del terror más perverso y bizarro nos trae un libro de relatos de temática malsana y enfermiza.
La mirada perversa
(Satori Ediciones) no es la primera obra que conocemos en España del
escritor nipón. Hace unos meses pudimos disfrutar (si esa es la
palabra adecuada, dada su temática) de El misterio de la Isla
Panorama. En ella, se pueden observar las constantes que Rampo
desarrollará durante un gran periodo de su obra: la temática fosca,
el terror malsano o las ideas dignas del mismísimo Edgar Allan Poe,
del que se confesó admirador.
En cuanto a La mirada
perversa, se trata de un conjunto de relatos que pone de
manifiesto lo peor del ser humano. El que pasea por el revés del
techo es un trasunto de La Ventana Indiscreta. Se trata de
un cuento en el que un hombre descubre que desde su habitación de la
casa de huéspedes, puede acceder al tejado de la vivienda y observar
a sus vecinos sin que ellos se den cuenta, poniendo de manifiesto sus
miserias y sus debilidades.
Pulgarcito baila
también nos recuerda a otro hito cinematográfico, como es Freak:
La Parada de los monstruos. En este relato, también se hace
hincapié en lo malsano, en este caso en las deformidades físicas
del protagonista, que sin embargo, es capaz de convencer a la bella
del circo para realizar con ella un truco de magia.
En cuanto a El
Infierno de los Espejos recuerda un poco en cuanto a la temática
a la ya citada novela sobre la Isla Panorama. Un millonario
obsesionado por la óptica y la reflexión de la luz, lleva sus
experimentos demasiado lejos. Maldad y dinero no conjugan muy bien,
como hemos visto en otras obras del autor.
Un amor inhumano
está narrado desde el punto de vista de una mujer, quien ve cómo
todas las noches su esposo se ausenta del lecho con aviesas
intenciones. De nuevo, la realidad no es lo que parece.
La oruga es quizá
el relato más asqueroso del libro. Una mujer descubre que el despojo
de carne en que se ha convertido su esposo levanta sus más bajos
instintos. El halo malsano que rodea el libro se hace especialmente
brillante aquí. No apto para todos los estómagos.
El hombre que viaja
con un cuadro en relieve también puede recordar al cine, en este
caso a Barton Fink de los hermanos Coen. El narrador coincide
con un desconocido en un tren y le cuenta la historia del extraño
cuadro que porta siempre consigo.
Se trata, por tanto, de
un conjunto enfermizo y desasosegante. Cuenta con un epílogo obra de
Daniel Aguilar en el que se nos obliga a reflexionar sobre su lectura
y nos brinda claves biográficas de este notable escritor japonés.
En todo caso, si te gusta
el terror más bizarro, al estilo Poe, pero con unas gotas de
Cronenberg, este libro te encantará.
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