“Cuentos” de Fernando Pessoa

La editorial Páginas de Espuma rescata en este volumen gran parte de la producción de relatos del escritor portugués. 



La obra de Fernando Pessoa continúa siendo un misterio. Tras su vida aparentemente normal se esconde un afán casi enfermizo por escribir. Su producción literaria abarca el ensayo, la poesía y los relatos. Además de eso, generó varias personalidades, como Ricardo Reis, Álvaro de Campos o Alberto Caeiro. Pero tras su existencia discreta existen maletas y maletas llenas de manuscritos.

Esta es quizá la publicación más importante del portugués desde que viera la luz El Libro del Desasosiego en 1982. Algunos de los relatos que ahora nos ofrece Páginas de Espuma habían sido publicados, como es el caso de El Banquero Anarquista. Pero la mayoría permanecían inéditos.

Ahora bien, son cuentos escritos por Fernando Pessoa, con todo lo que ello implica. Esto quiere decir que existen pocos relatos narrativos .La mayoría de ellos son sólo una excusa para hacer disertaciones sobre sus ideas políticas, su concepción de la religión (para lo cual se sirve de la charla entre una mujer y el demonio), sus pensamientos sobre la muerte y al vida ultraterrena y muchos más asuntos. Por lo tanto, que nadie se llame a engaño. Pessoa antepone su faceta de filósofo a la de narrador y cualquier excusa le sirve (también ocurre con su poesía) para reflejar sus ideas sobre todo lo que le rodea en una prosa perfecta.

No obstante, se le perdona porque Pessoa escribe maravillosamente bien y porque las perlas que hay escondidas en los relatos que sí son narrativos harán las delicias de cualquier lector. Resulta difícil imaginar que tras la apariencia de oficinista gris del autor pueda subyacer ese humor negro a veces, esa veta sarcástica, esa fina ironía capaz de diseccionar la realidad, como ocurre por ejemplo, en Una Cena muy Original.

Hay en este volumen una gran cantidad de cuentos que ocupan sólo una hoja y en los que Pessoa hace una reflexión rápida en la que en ocasiones incluye una moraleja con componente humorístico. Pero en todos vemos la hondura de su visión y la lucidez de su pensamiento.

Como siempre, las metáforas de Pessoa son decididamente brillantes. Es en la última parte del libro, en los Cuentos del Desasosiego, donde el portugués alcanza cotas más íntimas de honduras y donde el lenguaje se transforma en pura lírica. Esta parte gustará sobre todo a los seguidores más acérrimos de Pessoa, pues es donde la prosa del autor brilla con más ímpetu.

Asimismo, hay que destacar también el cuidado trabajo de edición. La obra de Manuel Moyá a cargo de la traducción es muy buena y el prólogo está muy bien documentado y nos ayuda a entrever los secretos de la vida de este autor. Es un libro gozoso en cuanto a objeto, tanto por su tapa dura como por el contenido. Estos cuentos constituyen una gran ocasión de acercarse a la figura del portugués, que sigue siendo a pesar de los años una de las figuras más desconocidas de las letras universales.





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