“La Profundidad del Mar Amarillo” de Nic Pizzolato

Por fin llega a nuestras librerías el primer libro de relatos del guionista de la serie True Detective 




Que Nic Pizzolato es alguien que escribe muy bien ya se demostró con True Detective (al menos en su primera temporada) y con Galveston, su primera novela. Ahora, la editorial Salamandra ha decidido traducir al castellano el primer libro de relatos del autor de Nueva Orleáns, que si bien es anterior a la novela cronológicamente, en nuestro país han aparecido al revés. 

Las historias que cuenta Pizzolato son las mismas que pueblan las calles, los pantanos, las caravanas y los bares de Estados Unidos desde la generación de Flannery O’ Connor. Nic Pizzolato nos habla con un tono delicado sobre la derrota, sobre la decepción, sobre la muerte y la incapacidad de escapar de una vida que no nos llena y que sentimos que se nos va entre las manos. 

Personajes variopintos recorren sus páginas: desde borrachos de mala muerte enchufados a una máquina de oxígeno a hijas que regresan al hogar al presentir la defunción del padre. Mujeres que lo tienen todo y otras que no tienen nada. Paisajes desolados, la luz cegadora del profundo sur, que deslumbra sin iluminar. Antiguas promesas del deporte, bebedores habituales, perdedores, granjeros o tierras anegadas son algunas de las constantes que deambulan sobre el telón de fondo de Lousiana, tierra de nacimiento del autor.
Resulta una obra gráfica en gran manera. El autor reproduce esas grandes llanuras americanas en las que no pasa absolutamente nada o esas ciénagas que cada año hace desaparecer el mar. Pero también describe la belleza de las fábricas abandonadas, las grandes industrias sureñas o las refinerías de petróleo.
Algunos relatos anticipan personajes que veremos más adelante en la televisión, como es el caso de 1987, en las carreras, donde aparece un padre divorciado que intenta llevarse bien con su retoño y que parece un calco del detective Velcoro, personaje interpretado por Colin Farrell en la segunda temporada de True Detective

Por otra parte, además de la impresionante galería de personajes que desfilan por sus páginas, y del paisaje que los enmarca, también es protagonista el lenguaje. Las metáforas que utiliza Pizzolato son perturbadoras y su prosa es de una belleza absoluta. Sin desmerecer un ápice al resto, quizá sea Tumbas de Luz, el relato que cierra el volumen el verdadero colofón a  esta colección de relatos que no desmerece. La narración de la desaparición de la esposa de un profesor de universidad y de todo lo que conlleva marca el punto y final a un libro muy prometedor. 

Pizzolato recoge la influencia de varios escritores americanos, como es la ya citada O’ Connor. Pero en sus páginas también hay reminiscencias de William Faulkner o de Richard Yates. Esto, por supuesto, sin quitarle nada de mérito a la voz del propio autor, que es una de las más particulares y potentes del panorama actual. Esperamos que siga escribiendo así de bien y que la grata sorpresa que supuso True Detective para la televisión actual remonte el vuelo de nuevo dejando ver el increíble potencial de este autor.

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